La libertad es un concepto que se ha analizado desde muchas perspectivas filosóficas. En la historia de la Filosofía ha habido autores que señalan que el ser humano es un ser completamente dotado de libertad y puede ejercerla sin límites y sin perjuicio de la realidad que lo rodea, pero, también ha habido pensadores que, desde el otro espectro de opinión, consideran que la libertad no existe y que todo en el universo está ya determinado previamente. Dentro de este espectro, señalaremos la concepción sobre la misma desde una corriente filosófica concreta: el existencialismo.
El existencialismo es una corriente filosófica que surge con pensadores como Nietzsche, Kierkegaard, Schopenhauer hacia finales del siglo XIX, pero que tiene su mayor desarrollo y consolidación en el siglo XX de la mano de filósofos como Jaspers, Unamuno, Heidegger pero sobre todo, Jean- Paul Sartre.
El existencialismo es una corriente de pensamiento enfocada en el análisis de la propia existencia humana a través de consideraciones sobre la condición humana y sus límites, la responsabilidad individual que emana del ejercicio de la propia existencia, las emociones y el significado de la vida. Su nombre se deriva de su principal postulado “La existencia precede a la esencia”. Esta frase tiene un significado muy profundo, pero, podemos simplificarla al señalar que equivale a decir “Existo y luego soy” lo que implica que el ejercicio propio de la existencia en todas sus posibilidades y ejercicio va construyendo lo que “Yo soy”.
De acuerdo a lo señalado hasta aquí, no es extraño indicar que, para el existencialismo, somos una “pura indeterminación” lo que significa que cada segundo de nuestra vida nos construimos, cada segundo de nuestra vida contribuye a construir lo que somos, pero al mismo tiempo, va generando las condiciones para que dejemos de ser eso que en ese instante somos. Cada momento de nuestra existencia es una oportunidad para construir un nuevo “Yo”, que puede ser cambiado completamente por un nuevo “Yo” debido a una decisión que tomemos en ese instante.
Como puedes ver, cada segundo de nuestra existencia cuenta, cada segundo de nuestra existencia es importante y cada segundo de nuestra existencia es al mismo tiempo, una oportunidad de “ser” y “dejar de ser”
La frase “El ser humano está condenado a ser libre” fue expuesta por Jean-Paul Sartre, uno de los más eminentes pensadores existencialistas. Esta frase la introdujo en una de sus obras titulada “El existencialismo es un humanismo”, el cual era una serie de argumentos que buscaban justificar y defender la pertinencia y solvencia del existencialismo como teoría, frente a sus críticos. Pero, ¿Qué significa esta frase?
En primer lugar, es importante destacar que Sartre rechazaba la idea de que hubiera un ser superior que determinara el curso de la existencia, lo cual implica necesariamente que el ser humano era responsable de su existencia, de sus acciones y decisiones, y que, puesto que nada había que prefigurara o definiera su conducta, no estaba atado sino a sus elecciones. Así, para Sartre el hombre era el responsable absoluto de sí mismo, y, en consecuencia, era el que se inventaba a sí mismo, definiendo, mediante su conducta, sus obras y sus actos, quién era y cuál era el sentido de su existencia.
La propia existencia del ser humano por sí misma y de forma inevitable e ineludible, convierte a cada uno de los seres humanos en único arquitecto de su propio camino o destino. No existe otro factor que contribuya a esta creación. Ni la idea de un Dios, o la de destino o la de suerte, o la de evolución o cualquiera que se pueda plantear. A final de cuentas es solo el ser humano en sí mismo. De este modo, la libertad del hombre, que es parte de la esencia humana, tendría expresión en dos dimensiones: una objetiva, que significa que la libertad es igualmente vivida por todos, y otra subjetiva, según la cual cada quien vivirá de acuerdo a sus peculiaridades.
Derivado de esta inevitabilidad de ser cada uno de nosotros el creador de sí mismo es que la libertad se convierte en algo que no se nos otorga por algún ente o circunstancia específica, es algo inherente al ser humano y más que inherente, inevitable. Aunque no queramos, necesariamente somos libres. La libertad es algo que llevamos en todo momento y en cualquier circunstancia por lo que es inevitable y estamos “condenados” a ejercerla, queramos o no.
Así, el hombre es libre de actuar y definirse constantemente, pues esto es inherente a su condición humana, pero está obligado a elegir permanentemente dentro de esta libertad. Y está obligado a hacerlo porque es humano, y esa es su naturaleza. La libertad es un atributo, pero también, la única manera en que somos humanos. De ahí, la “condena” de ser libres. Aunque sería más cómodo culpar a “Dios”, la “naturaleza”, la “suerte”, la “sociedad” etc., de lo que somos, el existencialismo proclama que todo eso es equivocado. Solo nosotros somos los responsables de nosotros mismos hasta el último segundo de nuestra existencia.
El existencialismo y otras corrientes teóricas presentes en la historia de la Filosofía son importante conocerlas ya que, aportan elementos valiosos a nuestra cultura general pero también, son tema fundamental para la aprobación o acreditación de diversos exámenes.
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