¿Sabías que el mar es un factor crucial para determinar el clima? En específico, estamos hablando de su movimiento, o sea, las corrientes marinas. La dinámica de las corrientes marinas determina en gran medida, la temperatura tanto de las aguas del mar superficiales como de las profundas y a su vez, esto determina factores climáticos como la humedad, la temperatura atmosférica, etc. El fenómeno más evidente de la importancia de las corrientes marinas en la determinación del clima y su equilibrio lo observamos en los llamados eventos del “Niño” y la “Niña”. Veamos en detalle porque se llaman así y en qué consisten.
La definición más correcta de una corriente marina sería que se trata de movimientos de masas de agua. En los océanos, mares y grandes lagos, se producen corrientes, las masas de agua no permanecen estáticas, sino que se van desplazando en movimientos horizontales, más o menos superficiales, y también verticales, puedes pensar en ellas como ríos dentro de los mares.
Las corrientes marinas a menudo involucran masas de agua tanto frías como cálidas, que conectan diversas franjas climáticas del globo, viajando tanto superficial como submarinamente:
El desplazamiento constante de estas corrientes marinas en el mundo entero permite mantener un ciclo energético y calórico en el planeta.
En relación con las corrientes marinas, tanto el “Niño” como la “Niña” se forman a partir de un patrón llamado ENOS O “El Niño – Oscilación del Sur”. Este patrón describe las fluctuaciones de ciertas variables atmosféricas en el Océano Pacífico, principalmente la Temperatura Superficial del Mar y la presión atmosférica sobre el agua oceánica. Simplificando en demasía, podríamos indicar que la fase cálida del ENOS corresponde al “Niño” (calentamiento oceánico), mientras que la fase fría del ENOS, corresponde a la “Niña” (enfriamiento oceánico).
El nombre del fenómeno se originó debido a que los pescadores peruanos notaban que hace algunos años, las aguas oceánicas llegaban más cálidas de lo habitual a la costa peruana, coincidiendo con la época navideña (de ahí el nombre al decir que era “el niño Jesús”). Esto sucede debido a que los vientos alisios se debilitan de manera que la movilidad del océano es menor lo que ocasiona que la parte central y oriental del Pacífico se caliente en demasía incluso, llamando a este fenómeno los climatólogos como “piscina de agua caliente”.
El calentamiento atmosférico y oceánico que acompaña al Niño redunda en cambios climáticos muy pronunciados ya que, por ejemplo, a lo largo de la costa de Norteamérica y Sudamérica, se producen temperaturas más cálidas que lo habitual, llegando incluso a provocar sequias en algunos puntos, pero también, por el aumento de la humedad atmosférica se originan condiciones puntuales de lluvias torrenciales en dichas zonas del planeta.
Ante esta panorámica, el océano y su equilibrio térmico ocasiona que las corrientes marinas y la temperatura del océano se equilibre y zonas de corrientes frías se muevan y “sustituyan” a las cálidas que han modificado su curso. Esto ocasiona que zonas normalmente con una temperatura oceánica cálida de forma habitual ahora enfrente condiciones oceánicas de temperatura fría lo que lleva a regiones como África y el sudeste de Asia a enfrentar disminución de temperatura atmosférica y ausencia de lluvias de manera más evidente y pronunciada.
El Niño.
La contraparte meteorológica y a la vez complementaria al “Niño” es la “Niña”, simplemente su nombre deriva de esta complementariedad del fenómeno referido líneas arriba. Durante La Niña, los vientos se fortalecen, por lo que la masa de agua calentada por la intensa radiación solar en la zona ecuatorial del planeta, es empujada hacia el oeste. Mientras tanto, en el Pacífico oriental, se eleva agua fría y profunda para reemplazarla.
Cuando se produce La Niña, el escenario climático ahora consiste en condiciones cálidas y secas en el sur de Estados Unidos y un clima más frío y húmedo en el norte, con partes de Australia y Asia más húmedas de lo normal. También puede causar más huracanes en el Atlántico Norte.
La niña.
Como puedes darte cuente, el clima es un complejo e intrincado conjunto de factores que interaccionan de manera incluso, un tanto desconocida para generar distintas regiones climáticas y naturales en el mundo. El fenómeno o problema del cambio climático, no debe tomarse a la ligera o reducirlo a factores simplistas ya que como hemos podido ver con estos fenómenos, una variación o perturbación en un punto específico de nuestro planeta o bien, en un factor concreto de la composición de los climas, puede afectar de manera profunda a una zona que aparentemente no tenga ninguna relación o bien que este a miles de kilómetros de distancia.
Debemos ser conscientes de la fragilidad de nuestro planeta y de las profundas repercusiones que podemos ocasionar sobre el mismo a partir de acciones que desde nuestro punto de vista “no son tan importantes” pero que, si afectan el delicado equilibrio planetario, pueden ocasionar fenómenos adversos completamente inesperados.
El clima, sus fenómenos y las corrientes marinas, son temas esenciales en Geografía y son utilizados de manera frecuente en los exámenes de admisión y certificación por lo que el estudio de ellos de manera más profunda a través de un curso, nos ayudará a ingresar a la universidad que elijamos o bien, terminar la educación media superior que, por motivos de la vida, se había dejado inconclusa.
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