José Guadalupe Posada, artista de la estampa mexicana

Victor Hugo Osorio Saldívar
10/02/2023 10:00:00 AM

Infancia.

Nació en Aguascalientes el año de 1852, digamos que en las postrimerías del prolongado, inestable e irregular mandato de Antonio López de Santa. Era apenas un niño de brazos cuando el país ya ardía agitado por  la revolución de Ayutla y el derrocamiento inexorable de ese dictador caprichoso centralista. José Guadalupe era todavía un infante cuando el bando liberal impulsaba ya las leyes de Reforma y promulgaba la Constitución de 1857. También fue contemporáneo de la guerra de los Tres años, tras la expulsión del obispo de Puebla Pelagio Antonio Labastida y la reacción de los conservadores opuestos al proyecto liberal.

Durante su infancia y adolescencia, José Guadalupe mostró una inclinación y gran talento innato por el dibujo y la caricatura. La nación se vio invadida por tropas imperiales francesas en 1862, cuando José Guadalupe cumplía diez años y no contaba con la aprobación familiar para su afición al arte. Y desde la Academia Nacional de Artes de San Carlos, ya el maestro y director Pelegrín Clavé y su discípulo Santiago Rebull retrataban a Benito Juárez en medio de la agitación nacional al extremo.

En 1867 José Guadalupe cumplía quince años cuando se suscitó el derrocamiento y fusilamiento del emperador Maximiliano, así como la restauración de la República. Un año después surgía la Escuela Nacional Preparatoria fundada por el doctor Gabino Barreda.

Adolescencia y madurez.

A sus diecisiete años y a regañadientes ingresó al taller del prestigioso profesor Trinidad Pedroza, quien lo inició en los secretos de la litografía y poco después lo impulsó como caricaturista para el diario El Jicote. Ya era 1871 y el artista bohemio, a sus diecinueve años sin duda poseía el ímpetu creativo de un río caudaloso, mientras el presidente Juárez se reelegía y el general Porfirio Díaz lo impugnaba mediante el fallido Plan de la Noria.

La vida de José Guadalupe Posada  puede entenderse como una  transición entre una época y otra, entre un antes y un después. Cuando tenía ya veintidós años  era profesor de litografía en la Escuela Preparatoria de León, se produjo la muerte del presidente Juárez y el ascenso de Sebastián Lerdo al Poder Ejecutivo.

Radicado en la capital del país desde 1887, José Guadalupe maduró su oficio como ilustrador político para diarios  como Argos, La Patria, El Ahuizote y El hijo del Ahuizote, editado por Ricardo Flores Magón. Posada recreó a través de la caricatura -todo un género editorial- una descripción sórdida y crítica de la sociedad porfirista, sus costumbres, sus contrastes, sus fiestas y tradiciones. Creador de La catrina y otras calaveritas (o imágenes de ultratumba) trágicas y alegres. Desarrolló una temática fresca de contenido social, pero con humor y agudeza que nos sorprende jocosamente, tanto por sus ocurrencias ingeniosas como por su técnica y la calidad de sus líneas. La mayoría de esas calaveritas fueron realizadas mediante la técnica del grabado, arte en el cual, Posada es uno de los grandes desarrolladores. Puede atribuírsele el ser el creador de la escuela mexicana de grabado.


José Guadalupe Posada, artista de la estampa mexicana_La catrinaCatrina, mote despectivo con el que se señalaba a las damas porfiristas que adoptaban las costumbres y la moda francesa.

Como el juego de la lotería con todos sus personajes típicos de la tradición del México porfirista, las ilustraciones realizadas por José Guadalupe Posada  recrean escenas costumbristas y los contrastes sociales: la oligarquía, los obreros, las fiestas populares, los charros y los toreros, las damas porfiristas y los políticos de la época. Y entre unos y otros, calacas que ríen, cantan y lloran a la mexicana. Esa es la crónica  que recrea Posada a través de sus frescas viñetas desde su trinchera, su prensa de a centavo como periodista gráfico y como artista nacional. Merced a su activismo le tocó vivir la represión porfirista y en más de una ocasión la amargura de la cárcel.

Post muerte.

En 1913 la Revolución mexicana entraba a una fase voraz y muy sangrienta. En enero de ese año moría Posada pobre y casi en el olvido. En febrero fue derrocado y asesinado el presidente Francisco I. Madero mientras el impostor Victoriano Huerta se apoderaba  a la brava de la presidencia. Esas fueron las tristes circunstancias del momento y sin que por lo menos Posada pudiera ilustrar más con su ingenio y su agudo humor aquellos sucesos tan sórdidos y  grotescos.


José Guadalupe Posada, artista de la estampa mexicana_Francisco I. MaderoFrancisco I. Madero, figura de trascendencia histórica que dio inicio a la gesta revolucionaria mediante su manifiesto, el Plan de San Luis de 1910.

Años después, maestros muralistas como Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros expresaban su reconocimiento y su aprecio por el legado de Posada; lo consideraron como el artista y defensor del pueblo, un genuino luchador y precursor del movimiento nacionalista en las artes plásticas de México.


José Guadalupe Posada, artista de la estampa mexicana_La revoluciónPara Posada, la muerte es democrática y hasta revolucionaria; es un símbolo histórico y nacional de México.

En 1972 se fundó el Museo José Guadalupe Posada en la capital de Aguascalientes y en el 2007, el Museo Nacional de la Muerte, recinto perteneciente a la Universidad Autónoma de dicha entidad y que aborda los temas funerarios con un enfoque costumbrista acorde con la cultura y el ingenio mexicanos. Y claro,  ambos museos  rinden un digno homenaje a la obra y al humor de Posada, tan popular como universal artista en la transición histórica de México de mediados del siglo XIX a principios del XX.

Los estudiantes que aspiran a una carrera relacionada con el diseño gráfico o las artes plásticas pueden apreciar en la gráfica de Posada un asunto de enorme interés, además de lo que dicho tema predeciblemente significa como parte de los contenidos de su examen de ingreso a la UNAM, la UAM, o la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado, la Esmeralda del INBA.

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