El romanticismo fue un movimiento cultural, artístico y literario que tuvo lugar en Europa durante el paso del siglo XVIII al siglo XIX. Precedido por el movimiento alemán Sturm und Drang (tormenta e ímpetu), su impacto fue de tal orden que modificó el concepto y el papel del arte en la modernidad. Esto fue posible gracias a las características particularmente innovadoras del movimiento. Veamos.
El romanticismo surgió inicialmente en Inglaterra, Francia y Alemania en contraposición al movimiento intelectual de la Ilustración y su expresión artística neoclasicista, donde se valorizaba la lógica, la razón y la objetividad, lo que rápidamente se tradujo en la estandarización de formas y contenidos.
El tema central del romanticismo giró en torno a la exaltación de los sentimientos y la subjetividad, lo que permitió la liberación de los artistas y del arte.
Los artistas del romanticismo se opusieron a la rigidez del academicismo y liberaron al arte de las reglas, lo que favoreció la creatividad artística.
Si antes el artista debía crear en función del encargo y limitarse a las intenciones del mecenas, con la libertad adquirida el artista podía centrarse en la individualidad.
Durante el romanticismo la originalidad se vuelve un criterio de valoración artística, por lo que queda atrás la idea de que el arte debe responder a la tradición, continuarla o perfeccionarla.
Frente a la idea de belleza clásica, austera, ordenada y equilibrada, el romanticismo antepone la idea de sublimidad, según la cual puede hallarse la belleza en lo terrible e incómodo, en aquello que, aunque no es plácido, turba y conmueve.
El movimiento romántico se caracteriza por dar rienda suelta a las fantasías, los sueños, lo sobrenatural y la provocación tanto en las expresiones artísticas como en la literatura.
Al ser un movimiento crítico con su contexto sociocultural, el romanticismo desarrolló una nostalgia por el pasado, al que veían como un tiempo mejor.
La Edad Media, especialmente la que coincidió con el arte gótico, fue para los románticos el símbolo de la espiritualidad y la mística, por lo que acudieron con frecuencia a ella como inspiración o como tema.
El Barroco, por su parte, representaba la libertad compositiva, la liberación de las emociones, los efectos y la exuberancia, lo que era muy afín con los propósitos creativos y expresivos del romanticismo.
El romanticismo busca la ruptura con la tradición occidental en lo exótico, es decir, en las culturas foráneas a las que idealizaban, muchas veces bajo el paradigma del buen salvaje. Por ejemplo, el orientalismo y la figura idealizada del aborigen americano.
Otra fuente de nostalgia por el pasado se expresó en el interés por rescatar la sabiduría popular, el folclore y las leyendas, lo que imprimió en el romanticismo un fuerte énfasis al sentimiento nacionalista.
El nacionalismo fue para los románticos la expresión del yo colectivo, y se relacionaba estrechamente con la proliferación de los Estados nacionales en el paso del siglo XVIII al XIX.
En el romanticismo, las lenguas vernáculas cobraron gran importancia, ya que se volvieron un arma de expresión nacionalista. Las literaturas nacionales gozaron de una extraordinaria difusión, lo mismo que la música. Y en esta última, destacaron justamente las óperas en lengua nacional, lo que desafiaba la tradición que obligaba a escribirlas en italiano.
Entre los temas más frecuentes, se abocaron a los siguientes:
Este movimiento fue extremadamente idealista, no solo al nivel artístico sino político y social. No era extraño que los artistas del romanticismo se involucraran con causas políticas o movimientos espirituales diversos.
El tema de la corriente literaria del Romanticismo además de ser apasionante en sí mismo, es parte importante de los contenidos temáticos de los exámenes tanto a nivel bachillerato como universitario, así que saberlos aparte de explicarnos las características de la corriente literaria del Romanticismo te permitirá ingresar a tu bachillerato y universidad que tú elijas.
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